jueves, 25 de febrero de 2010

This is just like that time we went to Disney Land


Cuando eras pequeño tus padres te llevaban a espectáculos infantiles, te daban un palo iluminado y tú lo sacudías mientras se te ponían los ojos como platos (en mi caso, los encargados de llevarme a los mil y uno sitios eran mis abuelos. Mis muy mejores agradecimientos a esos abuelos tan dedicados al crecimiento personal de su nieta).

Creces y ya no está bien visto que vayas a ver Disney on ice.

Pero por supuesto que voy.


Antes podría haber ido disfrazada de princesa (aunque nunca lo hice, las ganas siempre permanecerán en mi corazón de princesa); ahora la idea es secuestrar a algún niño u obligar a tu hermano de 14 años a que finja que las princesas Disney es lo que más le interesa en el mundo. El hermano de dos años no funcionaría porque se pondría demasiado pesado y no te dejaría disfrutar del espectáculo. Y eso es lo último que querríamos.


Total, que la idea que he pensado es ir y, cuando esté allí, fingir que tengo al hermano en el lavabo todo el rato. Que yo estoy ahí por compromiso. Que los zapatos de la Cenicienta ni me emocionan lo más mínimo (¡¡Por favor, lo habéis visto!! ¡¡Lleva medias con zapatos de cristal ficticios!! WAAAAAAAH; miradlo por dios: zapatos de cristal ). Que yo estoy allí por acompañar y ver la parte técnica del espectáculo. Y esa lágrima no es de emoción, es que me ha salpicado un trozo de hielo. ¿Que estoy demasiado arriba? ¡¡YA!! PUES PORQUE LA GENTE ES UNA MOTIVADA Y ME HAN QUITADO MIS ASIENTOS, que eran míos. Digo, desde arriba se ve mucho mejor si los saltos están completos y si las formas son las correctas.





Sólo una cosa,



Sueños de princesa
(Eso sí. El título sí que reconozco que… que vaya pastelada)
(… ¿pero a que es mono? ¿a que sí?)

lunes, 22 de febrero de 2010

Your father wanted you to pass the test without any help. He wasn't to interfere unless it was absolutely necessary.


Ayer se realizó la primera competición de la temporada. Y me tocó hacer de juez, tras un día de snow y resaca de tanto hablar con mi muy mejor amiga NY, hasta las tantas de la noche (presencialmente, me quedé a dormir en su hogar, y vimos la muy buena película de Stardust).


Me gusta contar la realidad de un juez, porque es un rol que supongo que pocas personas conocen y que se puede tender a mitificar.




(ESTA PARTE OS LA PODÉIS SALTAR SI OS IMPORTA UN COMINO EL TEMA)

Un juez, en patinaje, intenta ser objetivo. Se parte de una nota inicial. Un 5,0. La niña (y no tan niña) realiza unos integrativos. Si lo hace bien, no se le resta. Si no lo hace del todo correcto (poner un pie, comer vuelta en un salto, etc), se resta -0,1. Si directamente es una patata (se cae, ni hace el intento de), se le resta -0,2. Y así con cada integrativo. Y es una lata cuando ves que en un nivel hay tropecientas cosas porque piensas, “¡Oh, más probabilidad tienen de cagarla! ¡J**er, si es que me hacen ser mala sin querer!”.


(ESTA PARTE OS LA PODÉIS SALTAR SI OS IMPORTA UN COMINO EL TEMA)

Empiezas con las mayores. Y es directamente una putada, porque me hacen puntuar a mis compañeras (entre ellas, NY). Pero debo decir que no me influyen los jamones ni los peloteos. Salto-nota-salto-nota. Eso sí, como he dicho, “un juez, en patinaje, INTENTA ser objetivo”. Pero, del todo, no lo es. No lo es porque entra en juego la parte ARTÍSTICA, totalmente in-valuable si no es con la subjetividad de cada juez en individual. Para mi, algo bello es un movimiento que surge con naturalidad, suavidad, compás; un papel de seda que se ondea al viento, una hoja que va cayendo hacia la pista, con movimientos delicados, para terminar reposando en el suelo, casi sin hacer ruido. Para otros, lo será la velocidad y el riesgo.


(ESTA PARTE YA NO ES TAN COÑAZO)

Hechas las introducciones, VAYA UNAS PATATAS QUE VIMOS AYER (oh síii, queríais estos cotilleos, ¿verdad?). Suspendimos a casi la mitad del personal. Y no es para menos. Lo peor es cuando te llegan las pequeñas, que todas lo hacen igual... de mal y te planteas, “Esta lo hace mal, ¿pero cómo y cuánto más de mal que la de antes? ¿esta pone 15º peor el brazo que la de antes al correr? ¿esta no llega al nivel de croqueta de la anterior, sino que es más bien una albóndiga rellena? ¿CÓMO DEMONIOS AVALÚO YO ESTO?”. Porque cuidado, tienes que hacer un podium. Por lo que tienes que ir comparando a todas las niñas y decidir cuál de ellas se ha paseado menos por la pista. Esto sí, y por mucho que ahora vaya de Risto del patinaje, cierto es que hay niñas y niños que realmente consiguen emocionarte y que su nivel es bueno, muy bueno. Músicas logradas, coreografías con estilo, saltos con altura, velocidad, piruettas con vueltas y mucha técnica en general.


Concluyo con el momento en el que fui al baño y tuve que pasar primero por el vestuario. TODAS LAS NIÑAS que había dentro callaron con mi paso. Un acojone general se respiraba en el ambiente. Los padres te miraban sonriendo. Pero pensabas, ¿me sonríes para hacerme la pelota? ¿me das las gracias por haber aguantado 8 horazas de músicas y notas? ¿me sonríes del estilo a “ya verás lo que te espera en la esquina”? ¿Nos fotografías (verídico) porque queda bien en el álbum "la niña me compite" o porque quieres tenerme digitalizada para persegirme y abrirme un expediente?



La chica estaría más mona con la punta estirada (oooooooooh nooooo, rol de jueeeez, sal de mi cuerpo...¡saaaaaaaal!)


Qué de vida, la de puntuar.


domingo, 21 de febrero de 2010

LA foto




Podéis tomar el tiempo que necesitéis para verla y reflexionar




jueves, 18 de febrero de 2010

I'm not insane! My mother had me tested!


Esta mañana, al abrir el buzón del trabajo, me he encontrado un pequeño paquetito que contenía un regalo y llevaba escrito mi nombre. Y así, como si hubieran venido los reyes, me he puesto más contenta que qué.


Lo he abierto y me he encontrado con un broche en forma de careta de carnaval, obsequio muy bien pensado por parte de un compañero de master, por haber querido ir a Sitges de medusa y al final haber abortado la misión. No creo que llegue a imaginar la ilusión que me ha hecho.


Estos son los momentos que metería en mi cajita de los recuerdos, como si los momentos fueran vídeos o fotos, para abrirla cada vez que quisiera que el corazón me diera un vuelco.





Qué feliz me encuentro hoy.







P.D: No he publicado la foto y merezco rencor. Prometo, pronto, hacerla pública. Merecéis hacer el "test de la inteligencia", con el visionado de la vagoneta andante.

lunes, 15 de febrero de 2010

Pocas aventuras resultan tan trepidantes como las que vives en nuestras atracciones


Este año encontrar una Rua de Carnaval ha sido más difícil que diseñar una teoría sólida acerca de Lost. Pero que el ánimo no decaiga.

Pido perdón a todos los supervivientes habitantes de los edificios de un perímetro cercano a un parking X de Badalona, por soportar mi risa porcina al ver el atuendo carnavalero terminado. No era para menos.

Me aparece una caja alias Vagoneta alias Dragon Khan alias El tren de la mina, pintada con su spray, con su número identificador en la parte trasera, con su barra tan barra como un palo de escoba y tan metálica como papel de plata. ¿Y qué debe hacer uno? Reír. Pero no tanto como tras el resultado final, después de colocar las patucas con pantalones rellenos de papel de váter (qué derroche casero) y sus pies con bambas. Todo esto lo veréis visualmente en una entrada que regalaré más tarde, para despertar curiosidades.

Ahí nos teníais, a dos idiotas metidos en un disfraz-caja, recreando el momento vagoneta de atracción de feria. Ir en busca de algún tipo de rua para poder identificarnos con otros idiotas era nuestro objetivo principal, pero tras la operación fallida, se tomó como objetivo alternativo hacer el friki entre un montón de personas normales, o entre algún pirata, Tortuga Ninja, y “alguna que otra niña que aprovecha el carnaval para ir guarrona típica de grupo de Facebook” (en ocasiones llevan a sus madres, las cuales aprovechan también para ir de guarronas, muy orgullosas de haber diseñado el traje).

Y esa vagoneta, tanto dentro como fuera, acarreó muchos asuntos:

1. “Qué bien vais ahí sentados eh. Claro, ¡así uno no se cansa!” (broma repetida muchas veces)
Respuesta: señora, no se engañe. Esto es una put*a mierda. Las patas que ve son de mentira y el volumen está creado con papel, ¿lo ve? Y los pies que ve por ahí debajo, muy por ahí debajo, son reales y se mueven. Me estoy dejando las manos por aguantar esta barra, también llamada escoba, y que no se nos escacharre el invento, y el pobre otro idiota se está dejando la espalda. Cómodo, señora, no es.

2. Gente que no te mira o Típica mirada de “hago ver que no te miro, pero en realidad te estoy mirando”
Respuesta: ¿Por qué evitar mirar? Muy curioso. Mucha gente ve pasar a unos tontos metidos dentro de una supuesta vagoneta y directamente NI LOS MIRAN. Esa evitación, ¿por qué? ¿Es que ven vagonetas por la calle, así, de habitual? Después, ¿por qué no mirar? Es gratis, no afecta a la vista, no te hace menos hombre, ni te hace más cotilla.

3. Gente que te mira Y NO ENTIENDE DE QUÉ VAS
Respuesta: Voy a comprar una entrada para Port Aventura a toda esa gente que nos miraba con cara de “un segundo, un segundo, casi lo tengo pero todavía no sé qué representa que sois”. Si van acompañados, es un descanso que el otro sí lo pille y se lo cuente (“AAAAAAAAH… jajajajajajaja”). Si van solos, os intentarán seguir hasta alcanzar (o no) la respuesta (verídico), siempre haciendo ver que no os están mirando (punto 2). Hemos descubierto que este disfraz se puede convertir en un sencillo test de inteligencia para la población normal; si se ríe, lo ha pillado, ergo, coeficiente normal; si no se ríe, no lo ha pillado, ergo, coeficiente bajillo…

4. Niños que se traumatizan y te miran como si fueras una Hanna Montana.
Respuesta: es genial sentirse como Hanna Montana. Cada día tengo más claro que debo comprarme su peluca.

5. Coches que te pitan, gente que te aplaude desde el asiento, dedos en posición de OK, risas automovilísticas.
Respuesta: desde aquí mis muy mejores agradecimientos a la gente de los coches, por solidarizarse tanto con los ataques de risas que yo iba teniendo (ay, muchos) (“representa que la gente se tiene que reír más que tú”, me decía el otro idiota). Gente inteligente que comprendía, sin duda, que éramos una vagoneta andante.

6. Gente en general que aprecia tu curioso (dejémoslo en curioso) sentido del humor y se ríe contigo.
Respuesta: o de ti, no importa.

7. Gente que se ofende si le pides que te hagan una foto.
Respuesta: momento brutal. Le pedimos a una pareja “¿podéis hacernos una foto (cara con sonrisas)?” Y directamente NOS IGNORAAARON, es que ni miraaaaaarnos. Ohhhhhh, uno no puede sentirse peor, más callejero, más “qué he hecho para merecer esto”. Aún así, es un espectáculo ver los dotes interpretativos de los agentes, que hacen ver que ni siquiera te han visto, oído u olido el spray de la vagoneta.




La lluvia, la oscuridad y la falta de ruas taparon nuestro magnífico y realista atuendo, no sin sacarnos las ganas de repetir en próximas ocasiones, con disfraces del tipo “sofá” (sin duda, la idea de los pies ficticios nos ha encantado).




Qué de vida, la de ser una vagoneta

jueves, 4 de febrero de 2010

También puedes llamarlo nevus


Mi médico es la leche.


Ayer fui a por los resultados de mi temido análisis de sangre y saqué una MH (nadie me la dio, pero yo sé que la saqué).


Mi muy querido médico me iba comentando punto por punto los resultados. “Muy bien, muy bien, de colesterol…¡¡envidiable!! De hierro… ¡¡te sobra!! Muy bien muy bien […]”. Y yo con los ojos brillantes, barbilla hacia el techo, brazos en posición héroe y sonrisa de HA HA HA, qué grande soy. Y eso que no como carne. HA HA HA. Voy a enmarcar los resultados.


Pero esta no era la historia de mi médico que quería contar (esto sólo era para tirarle flores a mi interior cuerpo humano). No. La historia es que el hombre es un espectáculo.


Primero de todo que me hizo una explicación propia de clase magistral sobre qué era una peca, qué era un lunar, usando ejemplos prácticos. “También puedes llamarlo nevus”. (Y fue muy gracioso porque lo pronunció así como muy innnglish). De hecho, habla como entre colombianito y argentino. Aspecto argentino y voz entre argentina-colombiana. He dicho lo mismo en las dos frases sólo para evidenciar que no tengo ni idea a qué se parece pero que resulta gracioso.


Total que el tío, a parte de la explicación sobre los lunares, también me dio un consejo (después de descubrirme por la orina que me iba a venir la regla. Y, efectivamente, ayer mismo, plof). “Mira. Te lo voy a dar, porque ya sé que no eres una viejita pero yo siempre lo doy. Por si acaso. VERÁS. La mujer tiene tres conductos (flipante: con una única mano dibuja “los tres conductos de la mujer", así tal cual). Y los detalla. Y dice, ¡¡pues bien!! Cuando hacemos popó, toda la zona se contamina. Porque verás, nos limpiamos de delante hacia atrás, así (y lo reproduce, aunque un poco más y también se lava el cogote). Las mujeres, y por eso tienen más riesgo de infección de orina, pueden estar mezclando cuando se lavan después de orinar. VERÁS (y aquí me cuenta un culebrón). Había una pareja de enamorados (traducción: caso en el que hay contacto sexual repetido) y [bla bla] y untaba la pared vaginal [bla bla] y además también “se hasen cositas con la boca” (esta parte me hizo mucha gracia. Es una buena forma de llamarle) [bla bla bla]”.


“¡Gracias! Me voy para mi casa con mi examen”.





Qué de vida, la de los médicos de familia.




Dudas de la semana:

I - Estaba yo pensando, ¿de qué marca será la ropa de los supervivientes de Lost? Se tiran por el suelo, trepan por los árboles, juegan a correr por la jungla y, aún así, nunca los llevan manchados, ni rotos y por supuesto seguro que tampoco huelen mal.


II - ¿De verdad me voy a tener que lavar en el bidet después de hacer…?

martes, 2 de febrero de 2010

Anybody want anything from the supermarket?


Antes de ver un capítulo de The big bang theory y después de ir a una clase de spinning tengo que venir a contaros el paso intermedio (¡dos entradas en un día! ¡Esta chica debe estar aburrida! MEEEC, error. ¿No os pasa que cuantas más cosas hacéis, más historietas os surgen? La estadística nos ayuda: si hacemos muchas cosas, por lo menos alguna será bloguerísticamente interesante…).


VENGO A HACER PREGUNTAS. El paso intermedio son preguntas. Y aquí vienen. (Antes una breve introducción…).


Yo cuando voy al super estoy en mi salsa. Carrito por aquí, derrape por allá, dónde están mis cerealitos, cojo mandarinas y alzo la bolsa (¡¡tramposa!!) en el momento del peso, me planteo meter un kiwi amarillo de 3eurosyalgoelkilo entre unos verdes de 1euroyalgo, voy a los cosméticos y me cojo algo porque yo lo valgo, encuentro te de canela y dejo un mensaje de voz en el contestador de mi muy mejor amiga con el siguiente contenido “Este es un mensaje vital y urgente que debes oír. De no ser así la tierra jamás volverá a ser la misma. He encontrado (aquí me paro, me rio y digo, ah hahaha soy muy patética) (sobre todo cuando veo que la gente me mira). He encontrado en el mercawoman TE DE CANELA!!”.


¿Todo eso es hermoso, verdad? Sí. HASTA QUE LLEGO A LA CAJA.


Dejando de lado lo típico que ya creéis que voy a decir que mi cola siempre va la más lenta (que no es del todo cierto y no es sin duda lo que más me sulfura), voy a hablaros de la VELOCIDAD DE ACCIÓN EN LA CINTA Y SSUS DERIVADOS.


La gente es una separatista. Sí. Lo somos. Nos encanta poner esa puñetera barra separadora. Esto es mío, esto es tuyo. Y eso que ni todavía lo hemos pagado. Di que sí, en plena batallita. Y la barrera bien mona colocada por ahí. Nada de colocarla ni demasiado pegada a la comida (¡podría llegar a ocultar la barra!) ni muy separada, no vaya a ser que no me deje espacio para colocar mis cachivaches. PERO ESO NO ES LO PELIGROSO.


Lo peligroso viene cuando se acerca tu turno. Porque lo de dejar la comida en la cinta es lo de menos (a mi me encanta ordenarla cual TOC). Lo jodido viene cuando te toca. Y HOY HA SIDO HORRIBLE.


Primero, no encontraba mi monedero. Se me ha caído el pulsómetro sudado al suelo. He sacado muy dignamente el Karenina que aún arrastro. Se me han visto los pantalones dentro de la mochila (no quedaban muy preciosos, arrugados como se podía). Y claro, la cola ahí parada. ¡¡Y primera pregunta!! ¿QUÉ DAN PREMIOS AL MÁS RÁPIDO? Porque no me lo explico, tienes que ir como si estuvieras en una carrera. Pam pam. Comida. Pam pam. Dame el dinero. Pam pam. Firmame aquí. Y TODO ESTO MIENTRAS TE METES LA PUÑETERA COMIDA EN LAS ASQUEROSAS BOLSAS DE PLÁSTICO QUE NUNCA SE ABREN.


Pues no puedo. Todo esto junto no puedo. Y me iba preguntando, dios, ¿todo el mundo tendrá este mismo problema? ¿soy la única que sufre por no ir lo suficientemente rápida? ¿tantos estudios para luego no saber abrir una bolsa de plástico y rezar porque haya una medioabierta o por que el/la cajero/a te ayude? Cuando tenga artritis, reuma y problemas con el cambio, ¿también se me exigirá tanto en la cola?


Por una cola más justa,



Qué de vida, la de la rapidez.

It's - it's not funny... Stop. Stop laughing...



Primero de todo comentar lo idiota que soy. Acabo de llamar a los informáticos (llamados CAS) para comentar una incidencia y he terminado la conversación diciendo, “[…] per què estigueu al CAS (silencio). Mai millor dit. (silencio). JA JA JA JA”. Ha sido taaaan ridículo, porque me he hecho taaaanta gracia. Y claro, se me ha notado. Y las bromas propias uno debe hacerlas como si no le hicieran gracia, como si no creyera que es un comediante, como si su espontaneidad fuera tan natural como un pantano de colacao. Pues no. Yo meto la pata y me descojono de mi broma. Qué inconsciencia que tengo.

Punto y a parte, ¡¡os informo que ya tengo mi título de Postgrado!! Esos días bochornosos operando animales, esas agujas que penetraban nerviosas, esas matanzas antivoluntades, esas horazas de “vuelta al cole”, esos días de levantarse pronto y volver tarde. Pero qué morro. Que no llegamos a preguntar y no nos dicen que estamos aprobados. ¡Con los nervios que yo tenía!

Últimamente es que estoy muy soñona (que viene de “soñar mucho”). Y hace unos tres días (muy científico el dato) soñé que suspendía este curso. Y mi investigadora me desterraba. Me odiaba. Y tenía que arrastrarse a la mafia para que me aprobaran. Yo solita soñé eso. Lo que son los nervios.


Qué de vida, la de los soñadores