

He comprado la cocinita Smoby, para bebito (y no sé quién va a jugar más con ella); tejanos, jersey, polo, para el mediano (y no sé a quién le va a gustar más el estilo. ¿La manipulación es mala si es necesaria?); en proceso, libro para dejar de fumar, para el padre; bolso, para la madre. Con la envidia, he tenido que comprarme la cuarta temprada de Lost, con la manía de subtitularlo todo en inglés (que, si lo pienso, me encantaría que todo estuviera subtitulado; que la gente fuera hablando y alguien aguantara debajo una cartulina con la traducción simultánea al inglés. Dí que sí). Hoy me voy de comida navideña de gala. Mañana expongo parte de mi trabajo de tesina. Pero, sin duda, lo más destacable es que, ayer, inauguré los pendientes de reno.
¡¡Ayer celebramos la navidad entre compañeros de Máster!!
Qué grupazo. Somos el típico grupo que lo ves y te da la urticaria de lo unidos que están. Siempre había permanecido al otro lado de la valla, la valla de los que critican, pero ahora que me siento protagonista de él, tengo mi gozo en un pozo.
Total, que no podía faltar que nos fuéramos de cena navideña. ¿Y dónde? A un chino en toda regla. Dí que sí. Pero chino-chino eh. Que me sentí hasta discriminada, porque la fauna era autóctona pura homozigota. Con películas de chino que no las dan ni en el canal más Cosmopolitan. Tipo Ninja y artes marciales. Y qué decir del menú. Porque a ver, un momento, ésa es otra: un chino que va a atraer a los clientes españoles debería poner “MENÚ BÁSICO: tallarines, arroz frito tres delicias, rollitos de primavera, ternera con setas y pollo con almendras. PUNTO. Pa’que más. Bueno, y de postre incluso puede poner el típico coco de helado que vale más que un plato. PUNTO”. Pues no. En éste se notaba la calidad: todo estaba en chino, entendido para chinos, y con traducciones confusas. Incluso el cartel para ir al lavabo era internacionalmente chino. Y qué de risas.
Nos pedimos platos para compartir, que eso siempre me ha parecido muy romántico. Luego acabas cogiendo también de los platos vecinos, o regalando tus sobras. Somos mucho de la hermandad.
Recuerdo el momento en el que propuse cantar villancicos y ahí estábamos los 12, agarrados y moviéndonos cual ola marina, de un lado a otro, a son de peromiracomobebenlospecesenelrío. Por no contaros que luego hicimos la versión instrumental y cogimos la pandereta (un plato), el instrumento que se rasca y del que claramente no sé el nombre (un palillo chino y una botella, fregando el contorno de la botella), y una zambomba (éste era el mío, metiendo y sacando el palillo de la botella). Algún que otro se hizo la batería con los palillos y lo que buenamente pillara.
Hablando de palillos: qué moral trayéndonos SÓLO palillos. Tuvimos que practicar momentos previos a la comida, pasándonos un limón y una servilleta, entre todos. Aunque luego ya se sabe que la supervivencia te hace avanzar como sea. Y, cuando el hambre acecha, te transforma. Los J. cogieron los palillos como si fueran tijeras, y J. hubo un momento (que sólo yo pude presenciar) en el que, del arrebato de coger la comida como fuera, se llevó todo el palillo a la boca, como si fuera arroz (así explicado queda muy absurdo, pero me estuve riendo durante mucho rato).
Y por cierto, os interesará (uy, muchísimo, sin duda) saber que el martes que viene tengo una comida navideña pija, con médicos importantes bla bla, científicos importantes bla bla, y gente del departamento de psiquiatría médica. Me siento como una princesa convertida que viene del barrio pobre y no sabe usar los cubiertos. Éste restaurante, y yo con estos pelos.
Qué de vida, la de ver galets de adorno navideño en Barcelona
Todo lo bueno que pueda tener cenar pan tostado con ajo, se revierte por la mañana, con la tempestuosa oleada de ajamen en su esplendor.
Pero como está entrenado para considerar que sólo ocurre lo que tiene que ocurrir, de la misma manera que los ricos se convencen de que su vida sigue un surco celestial que el poder del dinero cava naturalmente para ellos, ha tomado la decisión de creerme. La facultad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante.
Dear Sandra Sanchez,
Enclosed please find ome of my work.
Best regards,
Henriette van Praag Ph.D
La segunda fue poder compartir 5 horas con alguien que me sorprendió por su madurez. Fue una charla bajo líquido de polvorón, que me ayudó a respirar de la vida y a apreciar más a quien tenía delante. Compartió conmigo el libro de la entrada, y pensé que era el regalo más acertado que podía hacerme. Sencilla, directa, con experiencia, bondadosa y nada egoísta. El poder de un libro envuelto con papel de regalo, las miradas transparentes, las reflexiones sobre un todo. De vuelta a casa me di cuenta de que... iba cargada de alegría.
Estoy muy emocionada porque es navidad.
A mi eso de ir andando entre paraditas de caganers y troncos con cara, me pone feliz. Cada uno tiene sus cosas. Me gustan las luces con formas supuestamente navideñas. Adoro poder comprarle a Bebito el calendario de adviento y darle una chocolatina cada día. Poner el árbol y pelearme porque Bebito encuentre divertidísimo destrozarlo tirándole una pelota a mala leche. Llevar la pulsera navideña, a conjunto con calcetines y, a la menor ocasión, sacarme el zapato para enseñárselo a alguien. Ya he hecho planning de compras navideñas. Y hoy mismo me pondré el repertorio musical en el ipod.
Y, como inauguración del apartado navideño musical, aquí os dejo uno de mis temas favoritos.
http://www.youtube.com/watch?v=Pikz3DMhu54&feature=related
Empieza y uno se queda un poco loco con el foco (me pregunto cómo se debió sentir la niña). Canta tan bien que se me ponen los pelos de punta. Confieso que he intentado imitar sus giros mil veces en mi casa (especialmente en la ducha, por supuesto). El segundo 39 parece sacado de Lluvia de estrellas, y no lo negaréis. Y el pum pum pum pum de la batería, tocada por el niño dwarf, es más motivante que qué. A mi hasta me han entrado ganas de tener una batería. Luego se abre la imagen, y te preguntas, ¿hace falta todo el coro de negros para una actuación de colegio? Los ingleses están que lo tiran todo. El baile del dedo, segundo 51, se ve que está muy de moda. Y el arriba-abajo (final segundo 59) es un clásico que nunca te abandona. 1:11, la sensación del primer beso, la preparación del labio con labio, los segundos de tensión eternos, la pasión que busca colisión, es una emoción que deberíamos rescatar a menudo. 1:23, creo que es la primera vez que veo a un cantante que no tiene dientes y le queda hasta mono. 1:46, ¿qué pintan ahí los raperos? 1:53, waaaaaaaaah. 2:23, con lo profesional que le había quedado, ya tuvo que saludar.
Qué de vida, la de escuchar canciones navideñas en el despacho y preguntarse qué deben estar pensando los colegas de despachos contiguos.
Subimos al avión. ¡Hay tanta gente que parece una disco! Me toca un gordo en el lado izquierdo y un blanco pelirrojo en el derecho. Ambos irlandeses (hablan con espardeñas en la boca). El Mr.Izquierda ronca con todas sus ganas. Se toma dos cocacolas y unos cacahuetes. El Derecha se toma un chocolate caliente, un muffin (hasta aquí bien) Y UNA cocacola (¡bdecs!). Salimos. Estoy envuelta con tantas capas que sería imposible pasar frío. Aplaudo. Realmente, estoy muy histérica. Saco las chuchitas. Sería nuestra comida comunitaria.
Recogemos los coches. Nos volvemos locos. Chillamos porque nos da miedo ver los coches por la derecha. Ponemos musicote del bueno (Peret, Manolo Escobar, y grandes hits). Ahora entiendo por qué estoy tan terriblemente afónica. Nos perdemos. Nos perdemos bastante. Me toman como traductora oficial y pregunto. Me pongo de copiloto. Y, no os lo perdáis, CONSEGUIMOS LLEGAR.
Albergue I. Lucha por las camas. Vamos de compras. Pizzas para cenar: J. y yo de cocineros. ¡Desastre! Nunca comimos una pizza peor que aquella. Estaba tan mala que me moría de la risa. Aún así, por el hambre de no haber comido, yo creo que incluso devoramos una pizza entera cada uno.
Noche. Después del botellong en el albergue, 8 personas apalancadas en dos literas, vamos a un pub tipiquísimo de película. Bailamos toda la noche bajo música en directo, de violines y canciones irlandesas. Llueve y hay parejas bailando como heidy en la calle, y otras dentro como heavis. “I’m checking out the meat”. La gente es muy fea. Mil fotos. En todas salgo como de borracha. Salimos fuera y decido ponerme el super raincut, que para algo me desplacé hasta el decathlon. Perfecto. Parezco un condón de chicle. Vamos a la disco. Y soy tan imbécil que no me quito el chicle. Lógicamente, me dicen que con esa cutrería me vaya al albergue. Me la quito y parece que soy más potable. Vienen y me dicen que puedo entrar. Gracias, majos.
Recuerdo hacer una foto de un culo. La música era un poco chunga, y se pasaron con el efecto-humo. Eso parecía la comarca de Frodo. Aún así, muuuy divertido. Dormimos. M. cuenta un cuento; nadie la escucha menos yo. Era tarde; y la mañana estaba demasiado cerca. Mi cama tenía mil muelles. Como todas, solo que en ésta los notaba. Duermo igual. MMM, qué bien estaba.
Mañana. Nos duchamos por turnos. S. me deja las chancletas; J.T. me deja la toalla; J. me deja el champú. Muy bien: habéis adivinado, a parte de mis cuatro cacharros, fui una mendiga de lo vital. “J. entra, que verás cómo me estoy duchando”. “¿¿¿Pero estás desnuda???”. “Tú entra”. Y me encuentra de pie fuera de la ducha, envuelta con su toalla, con las chancletas de mil tallas más, y la cabeza, hacia abajo, ya casi saliéndose de mi cuerpo, total para que no me diera el agua HELADA en el cuerpo. Me la pone caliente. Vamos a desayunar.
Tomamos café (¡con hazelnuts!). Vemos paraditas navideñas. Vamos de paseo (pi pi pí). Todo es precioso y me siento en un cuento. Llevo un globo amarillo. Cogemos el coche y nos perdemos perdemos perdemos. Salto la escena.
S. me quita una lentilla. Se siente mal. M. hace de oculista. Llegamos al siguiente albergue. QUÉ ASCO. Qué asco. Qué asco. Vamos a tomar un té. Vamos de paseo. Compramos la cena. Qué asco. Qué asco. Jajajajaja. Salimos de fiesta (como véis, me salto escenas como quiero). De ruta por todos los pubs. Acabamos en una disco. S. me coloca la diadema. Creo que es muy tierno. Me doy cuenta de que no todos son igual. En el lavabo hay una tía vendiendo clips, laca y caramelos. Te da papel para secarte las manos. Me siento como si tuviera un Jefri.
S. me presta su sábana (llevada de casa; eso sí que es preparación) PORQUE la mía tenía ALGO BLANCO, TEXTURA CARTÓN. La cama I tenía una forma voluminosa color excremento. Me cambio de cama hacia la suicida, una litera sin protección en un lado. Rezo por no hacer el ridículo de caer.
Vamos a cepillarnos los dientes en manada, y nadie llevaba llaves para entrar. Follong. Cama. Sueño. Buenos días. Hay un viejo en la habitación que respira tipo orgásmico. "Voy a despertar a Sandra y, en lugar de saludar, me dice, ¿Sabes lo que es levantarte con esto (sonido de orgasmos) y ver a un hombre desnudo en su cama?". Risas. Todo el día de ruta por Dublín. Comemos en un italiano, muy lógico en la línea turista. Tengo frío. S. me da frotes. Muchas fotos. Visita a la fábrica Guiness. "Sandra ha pagado 11 euros para tomar un agua con limón". Es que los limones ahí van caros. Tragos en el bar situado en el edificio más alto de Dublín. Si la luz fuera más tenue y la música más alta, podría pasar de discoteca.
Cenamos sopa de tomate. Nos da asco porque vemos dos cucarachas dentro del microondas. Una corretea por el techo. Nos da la risa (me ha dado mucho la risa, como véis, por lo que ha sido la culpable de mi pérdida de voz -eso y las canciones en el coche, junto los "ooooh, qué bonito"). A uno le da el canguele. S. y yo preparamos los ferrero para J.T. con velas explosivas. M. y J. inflan globos. Es el cumple de J.T. y le cantamos el cumpleaños feliz mientras le tiramos globos a mala leche (altamente recomendable). “Nunca, nunca”. Se habla de una de guarradas importante. Meto el duro dentro del vaso y dejo a todos impresionados (con “todos” también me incluyo). Me voy a dormir. Mil besos. “Sandra no te vayas”. “J.T. por favor ponte la alarma que me duermo”.
Y MOMENTAZO. PORQUE ME DORMÍ Y BIEN DORMIDA. UNA HORA DE RETRASO. J.T. ME ACOMPAÑA CORRIENDO HACIA MI DESTINO. ME QUEDO SOLA. Esto parece Solo en Casa. NADIE PODRÍA HABER CONFIADO EN MÍ. PERO CON UN PAR DE HUEVAZOS DE MARCA CARREFOUR me hice el camino de 4 horas y logré alcanzar mi destino a tiempo. Incluso me dio tiempo a comprarme una revista y chocolatinas de papánoel para los hermanos. “Lo voy a conseguir”, me repetía a las 5 de la mañana. Y, con un poco de fe (y mucho inglés), se hacen milagros.
Qué bien, PERO QUÉ BIEN, me ha ido este viaje.
Qué de vida, la de Irlanda.
Eres feliz. Planeas todo un futuro. Confías en alguien. Te sientes la princesa más querida y valorada. Eres única. Y por fin te tratan con respeto. Tenías todo lo que querías. Ponías la mano en el fuego. No dudabas.
De repente un día todo ese castillo se derrumba. Toda la ilusión se hace a pedazos. Esa persona muere. Ya no confías nunca más. Han destrozado tu integridad, se han cargado tu respeto y tu valor. Sientes asco. Piensas que has estado con alguien a quien no conocías. Y el estómago te da tumbos.
Vamos a hablar de la falta de respeto en la pareja. De los cuernos. De esos cabrones y cabronas que juegan premeditadamente a un juego que consiste en desvalorizar a la persona que supuestamente aman (¿la aman?), de ese capricho que se les presenta como un dulce, un dulce que se deshace nada más meterse en la boca; 30 minutos de placer, toda una vida sin la pareja inicial. No hay lloros. Una persona que es capaz de engañar no merece respeto alguno. No vale la pena prometerse que cambiarán. Si tanto amaba y lo hizo, volverá a hacerlo; si no te amaba y lo hizo, mejor que te dieras cuenta.
Quizás te harán sentir culpable. Quizás vendrán a rogar. Rogar un perdón que no merecen. O tal vez sí. Lo que jamás entenderán es que el ideal que se habían construido de ellos mismos, muere. Sus palabras dejan de ser auténticas. Sus planes pasan a ser burlescos. Se ha reído de tu confianza. Y eso no puede cambiarse. JAMÁS. Y el problema no es olvidar, el problema es que, sin darse cuenta, te han echado de su vida. PERO TE HAN ECHADO ELLOS.
Uno es libre de decidir con quien se relaciona. La pareja debe ser formada porque uno mismo quiere ser feliz con ella. Los que la forman por hacer feliz al otro eso es una farsa, una hipocresía, y no tiene razón de ser. Lo importante es ser feliz uno mismo, y que cada uno tenga el derecho de elegir si esa pareja le conviene o no. Y alguien que duda de estar contigo, alguien que fantasea con meterse en el cuerpo de otro, alguien que lo hace realidad y lo explicita… esa persona totalmente caprichosa e inmadura, cobarde y mentirosa, asquerosa y falsa, maquiavélica y estratega, muere. Ya no era quien amabas. Ese otro ha cambiado. Se ha ido lejos, muy muy lejos, para no volver. Los sentimientos son así de volátiles. Cuesta construirlos. Cuando por fin llegan, se vuelven robustos. Pero no es un castillo de hierro. Es un castillo de cartón. Y si el aire sopla muy fuerte, cae. Y nunca conseguiremos levantarlo en su forma inicial.
Lo levantaremos. Por supuesto que sí. La víctima recupera su fortaleza. Se cubre con sus mejores aliados. Se hace más sabio con el golpe. Y será suficientemente inteligente como para volver a confiar en un futuro. Se dedicará a vivir de la vida de nuevo. Se dará cuenta de todas las virtudes que tiene; y de los defectos, que son pocos, aunque reconocidos. Y estará orgullosa. Orgullosa de quererse.
Porque, si alguien no te respeta, ahí debe estar uno mismo para hacerse respetar.
Estimados,
Ayer no se pudo celebrar el hecho de que me hago vieja y que pronto me regalarán cremas antiarrugas (a parte de que empiezo a odiar a las adolescentes y su piel firme). Pero bueno, en realidad eso a nadie le importa.
LO QUE SÍ IMPORTA es tener una excusa para poder ir a jugar a pistolitas como Barney hizo en un capítulo. http://www.youtube.com/watch?v=55fiJdMvEII (miradlo, que uno se pone más en situación; sobretodo después de la voltereta inicial, bajo el humo hipnotizador de guerra peligrosa).
Por favor, hago un llamamiento especial A TODO AQUEL SER ESTÚPIDO CON GANAS DE JUGAR CON PISTOLAS DE LÁSER, A NUESTRA EDAD, QUE YA NOS DEBERÍA DAR VERGÜENZA, PERO QUE EN LUGAR DE ESO NOS MORIMOS POR PAGAR 7'5 EUROS Y HACER LO SIGUIENTE:
http://www.alienzone.es/
Ya es que con el nombre alienzone se me ponen los pelos de punta.
Lógicamente la belleza estaría en poder hacer noche de furor furor nanananananana (Alex Caparrós) CHICOS vs CHICAS y ver quién es el rival más débil (aquí estoy metiendo un remix de programas que qué). Por eso INVITO a todo aquel personaje friki con ganas de matar a alguien con un rayo láser (y luego se pueden hacer concursos sobre "quién es el actor que mejor finge su muerte" "quién es el que hace mejor el sonido de metralleta", entre otras candidaturas que pueden ser propuestas de forma espontánea).
Viernes: | 17:00 a 00:30 horas. |
Sábados: | 11:00 a 00:30 horas. |
Domingos: | 11:00 a 22:00 horas. |
Sandra Sánchez
Titular del día: “ya sí que soy superfriki, porque me han regalado un pulsómetro”.
“Se dice, se comenta, que una jovencilla casi adolescente muy muy alejada todavía de la edad adulta (emmm, esto se llama disonancia cognitiva o querer mucho a Peter Pan) correteó ayer emocionada hasta pasar de 80 pulsaciones a 140 en menos de 5 segundos… porque su esposo le regaló un PULSÓMETRO. ‘¡¡Un pulsómetro!! ¡Y Kalenjiii, como yo lo queríiaaaaa, y rositaa y… ooooh, es mi regalo favorito!’, declaraciones reflexionadas de la propietaria”.
Ya está, lo que me faltaba. No tuve suficiente con las mallas específicas de corredora (no son específicas, son del chino, pero la intención es lo que cuenta) (me compré unas del decathlon y las perdí; qué pasa, uno es que ya no sabe ni dónde deja los pantalones…). NO. Ahora, con este aparatejo, preparada para la vida moderna, ni las clases de spinning ni las noches de ir a correr por la uni con los del Máster (esto es cierto) se me van a resistir.
Pero desde aquí especial reconocimiento al esposo ya muy citado en este bitácora. No sólo se encarga de asuntos propios del Manual del Muy Novio Oficial (MMNO), sino que además cumple y supera con matrícula mis intereses más personales. De aquí a que sepa imitarme mejor que yo misma, con mis movimientos estereotipados varios, misflorituras y mis frases calcadas.
He encontrado, a parte de muchas habilidades más, al mejor regalador del mundo.
Qué de vida, la del gozo.
(Yes I do!)
Estilo de vida ratuno