Esta mañana, al abrir el buzón del trabajo, me he encontrado un pequeño paquetito que contenía un regalo y llevaba escrito mi nombre. Y así, como si hubieran venido los reyes, me he puesto más contenta que qué.
Lo he abierto y me he encontrado con un broche en forma de careta de carnaval, obsequio muy bien pensado por parte de un compañero de master, por haber querido ir a Sitges de medusa y al final haber abortado la misión. No creo que llegue a imaginar la ilusión que me ha hecho.
Estos son los momentos que metería en mi cajita de los recuerdos, como si los momentos fueran vídeos o fotos, para abrirla cada vez que quisiera que el corazón me diera un vuelco.
Qué feliz me encuentro hoy.
P.D: No he publicado la foto y merezco rencor. Prometo, pronto, hacerla pública. Merecéis hacer el "test de la inteligencia", con el visionado de la vagoneta andante.
Estaba esperando la fotooooooooooooo. Pero acepto tus explicaciones.
ResponderEliminarEstos son los detalles más chorra pero a la vez importantes de la vida, se coma como se coma eso.
Por no hablar de que adoramos los broches, ¿a qué sí? A mí una amiga me hizo uno de una nube de estas que incluyen los diálogos en los cómics y pone "bla, bla, bla...".
¡Me encantaaaaa!
Un besote, bonica.