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jueves, 11 de marzo de 2010

Farting in the library


Señor en la vejez que se levanta y pasea por la biblioteca con la serenata de un pedo de seis segundos acompañándole el ritmo. Ratones que hacen trenecitos y se violan sin compasión. Ratazas de casi 900 gramos. Mails que me llegan a la secretaría con el asunto de “Incremento en la longitud del pene de 1-3 pulgadas”, y cuerpo de “Una vez que comience con las pildoras ***, estamos completamente seguros que se va a sentir mucho mejor y seguro de si mismo. No necesita seguir siendo conciente se su pequena hombria, o preocuparse de ser el hazmerreir de los demas.”



Pobre taxista, tener que llegar a este punto... (hazle un click)



LA SOCIEDAD ESTÁ DESMELENADA.



Y yo esta tarde voy a hacer un cásting de “patinadoras que llevan bandejas de donuts”… y no es broma.




Qué de vida, la del desmeleno.


lunes, 1 de marzo de 2010

Tell me, princess, now when did you last let your heart decide?

Sábado, 27 de febrero

Nos teletransportamos a Lérida, rebotando con un alien en la carretera que hizo a mi padre tener que salir con el chalequito color subrayador amarillo. Llegamos y le damos mil mimitos a la bisabuela más mona de todas. Vamos al “concurso de carnaval del pueblo”. Ese que tu piensas, “vamos a ver cómo hacen el ridículo estos”. Y una vez llegas a la zona X, tienes que callar. No habré visto jamás un personal tan motivado. La idea es que las familias o collas de amigos se reunen para hacer carrozas arrastradas por TRACTORES (siempre dejando claro su lugar de origen). Las temáticas iban de Barbie (con un coche tuneado que les habría costado más de 100 euros la broma; Barbie embarazada es uno de los entes que podíamos encontrar en el grupo), Drag Queen (buenísimo… tuve que subir para hacerme una foto con ellos, y sus movimientos; esos bolsos plastificados que me llevaban…), Las Sirenitas (que implica que TODO el grupo iba de sirenita, incluidos TRES MACHOS sirenos, con su peluca y sus pechos de concha), los egipcios (estos me gustaron por el conductor, un viejito muy muy gordito y motivado que iba haciendo pasos de egipcio mientras conducía). También encontramos a dos disfrazados de vino tinto, Hello Kitty (realmente aterradoras), un cactus (me hizo demasiado gracia), un niño que iba de viejo y caminaba lentamente y jorobado (premio al mejor actor revelación), entre muchos otros. Bebito, tan pesado él con el “Barca” (Barça), pudo hacerse una foto con un maldito jugador ficticio. Hay que ver lo que tiene este niño con el futbol y la titita (pelotita).



Por la tarde, mientras esperaba esa entrada al mundo de las princesas, pude ver a luz del día qué tipo de público mayoritario había en la sala, esto es: NIÑAS vestidas de PRINCESA (jolín… y yo qué…), con sus padres, madres y otros compañeros. Justo llegar ya me topé con un grupito de cuatroañeras que chillaban histéricas PRINCEEESAS, PRINCEEESAS (y yo les hacía los coros mentalmente, con ganas de ponerme a dar saltitos como Heidy por toda la esplanada). También había las típicas parejas, en las que la chica arrastra y amenaza al novio por llevarlas. PUNTO. No había ningún tipo de público más. Te sientes tan marginado…

(Nota I: fue precioso pero por dios, que no me hagan más simples en un show, unos patinadores mundiales…)

(Nota II: por favor, madres, no dejéis a vuestras hijas de más de 7 años, sobretodo si la niña es muy grandota, que se pongan los trajes Disney... De pijamita, ¡que queda muy mono!, pero así así en público...)



Domingo, 28 de febrero

Me levanto a las 07.30, preparada para ir al Montseny con mi grupo de intrépidos amigos montañistas del Máster. Cuatro idiotas en un coche, empezando a las 8 horas a reir y parando a las 17.30 horas de la tarde. Qué dolor de abdominal. Yo no sabía que un paseo de mil horas por la montaña me iba a dar tanta risa. Momentos:


Encontrar palos y apalizar la nieve con ellos. Buscar personajes (tú eres John Locke, yo soy Kate porque así me lio con Sawyer –spoiler-, tú eres Doraemon porque… ¡porque mira que llevas cosas en la mochila! Y tú eres Dark Veider). Ver como F. saca una barra de pan y se la come tal cual para desayunar. Llegar a la primera cumbre y ver como F. saca UNA BOTELLA DE VINO y un vasito, para que brindásemos. A J. se le peta un Boli y le hacemos la coña del anticongelante. Va dejando marcas allá donde va, el muy Hansel. Nos cogemos de las manos y nos tiramos por una bajada llena de nieve hasta que nos caemos y empezamos a lanzar bolas de nieve. Encontramos un tronco y J. y Kate, osease yo, hacemos una lucha de palos, totalmente grabada para la posteridad. J. se cae mil veces y yo me río sonoramente en un 50% de ellas, y el otro 50% me lo guardo para mi interior. “Esto es difícil… mira, te voy a explicar una historia: era un montañista profesional que cayó y se rompió las vértebras y…”, “F., ¿me tienes que contar esto… AHORA?? Hombre sube a la segunda cuesta. Hombre se cae. Tortazo descomunalmente ridículo. “¿Estás bien?”, le dice la novia. “Sí”, y seguidamente suelta un infantil “AAAAAU”. No me puedo aguantar la risa. Me rio a modo tembleque. F. lo nota y se tira parte de su agua encima para que pudiera reir tranquila. Son muchas las veces que imito a Gandalf y sus “parte sin demora”. Bajamos usando el culo de trineo. “No debemos perder altitud”… “F., ¡¡pero si tenemos que bajar!!”. F. se duerme en el coche y no paramos de hacerle fotos y vídeos.



Qué de vida, la de los findes ajetreados

jueves, 25 de febrero de 2010

This is just like that time we went to Disney Land


Cuando eras pequeño tus padres te llevaban a espectáculos infantiles, te daban un palo iluminado y tú lo sacudías mientras se te ponían los ojos como platos (en mi caso, los encargados de llevarme a los mil y uno sitios eran mis abuelos. Mis muy mejores agradecimientos a esos abuelos tan dedicados al crecimiento personal de su nieta).

Creces y ya no está bien visto que vayas a ver Disney on ice.

Pero por supuesto que voy.


Antes podría haber ido disfrazada de princesa (aunque nunca lo hice, las ganas siempre permanecerán en mi corazón de princesa); ahora la idea es secuestrar a algún niño u obligar a tu hermano de 14 años a que finja que las princesas Disney es lo que más le interesa en el mundo. El hermano de dos años no funcionaría porque se pondría demasiado pesado y no te dejaría disfrutar del espectáculo. Y eso es lo último que querríamos.


Total, que la idea que he pensado es ir y, cuando esté allí, fingir que tengo al hermano en el lavabo todo el rato. Que yo estoy ahí por compromiso. Que los zapatos de la Cenicienta ni me emocionan lo más mínimo (¡¡Por favor, lo habéis visto!! ¡¡Lleva medias con zapatos de cristal ficticios!! WAAAAAAAH; miradlo por dios: zapatos de cristal ). Que yo estoy allí por acompañar y ver la parte técnica del espectáculo. Y esa lágrima no es de emoción, es que me ha salpicado un trozo de hielo. ¿Que estoy demasiado arriba? ¡¡YA!! PUES PORQUE LA GENTE ES UNA MOTIVADA Y ME HAN QUITADO MIS ASIENTOS, que eran míos. Digo, desde arriba se ve mucho mejor si los saltos están completos y si las formas son las correctas.





Sólo una cosa,



Sueños de princesa
(Eso sí. El título sí que reconozco que… que vaya pastelada)
(… ¿pero a que es mono? ¿a que sí?)

lunes, 22 de febrero de 2010

Your father wanted you to pass the test without any help. He wasn't to interfere unless it was absolutely necessary.


Ayer se realizó la primera competición de la temporada. Y me tocó hacer de juez, tras un día de snow y resaca de tanto hablar con mi muy mejor amiga NY, hasta las tantas de la noche (presencialmente, me quedé a dormir en su hogar, y vimos la muy buena película de Stardust).


Me gusta contar la realidad de un juez, porque es un rol que supongo que pocas personas conocen y que se puede tender a mitificar.




(ESTA PARTE OS LA PODÉIS SALTAR SI OS IMPORTA UN COMINO EL TEMA)

Un juez, en patinaje, intenta ser objetivo. Se parte de una nota inicial. Un 5,0. La niña (y no tan niña) realiza unos integrativos. Si lo hace bien, no se le resta. Si no lo hace del todo correcto (poner un pie, comer vuelta en un salto, etc), se resta -0,1. Si directamente es una patata (se cae, ni hace el intento de), se le resta -0,2. Y así con cada integrativo. Y es una lata cuando ves que en un nivel hay tropecientas cosas porque piensas, “¡Oh, más probabilidad tienen de cagarla! ¡J**er, si es que me hacen ser mala sin querer!”.


(ESTA PARTE OS LA PODÉIS SALTAR SI OS IMPORTA UN COMINO EL TEMA)

Empiezas con las mayores. Y es directamente una putada, porque me hacen puntuar a mis compañeras (entre ellas, NY). Pero debo decir que no me influyen los jamones ni los peloteos. Salto-nota-salto-nota. Eso sí, como he dicho, “un juez, en patinaje, INTENTA ser objetivo”. Pero, del todo, no lo es. No lo es porque entra en juego la parte ARTÍSTICA, totalmente in-valuable si no es con la subjetividad de cada juez en individual. Para mi, algo bello es un movimiento que surge con naturalidad, suavidad, compás; un papel de seda que se ondea al viento, una hoja que va cayendo hacia la pista, con movimientos delicados, para terminar reposando en el suelo, casi sin hacer ruido. Para otros, lo será la velocidad y el riesgo.


(ESTA PARTE YA NO ES TAN COÑAZO)

Hechas las introducciones, VAYA UNAS PATATAS QUE VIMOS AYER (oh síii, queríais estos cotilleos, ¿verdad?). Suspendimos a casi la mitad del personal. Y no es para menos. Lo peor es cuando te llegan las pequeñas, que todas lo hacen igual... de mal y te planteas, “Esta lo hace mal, ¿pero cómo y cuánto más de mal que la de antes? ¿esta pone 15º peor el brazo que la de antes al correr? ¿esta no llega al nivel de croqueta de la anterior, sino que es más bien una albóndiga rellena? ¿CÓMO DEMONIOS AVALÚO YO ESTO?”. Porque cuidado, tienes que hacer un podium. Por lo que tienes que ir comparando a todas las niñas y decidir cuál de ellas se ha paseado menos por la pista. Esto sí, y por mucho que ahora vaya de Risto del patinaje, cierto es que hay niñas y niños que realmente consiguen emocionarte y que su nivel es bueno, muy bueno. Músicas logradas, coreografías con estilo, saltos con altura, velocidad, piruettas con vueltas y mucha técnica en general.


Concluyo con el momento en el que fui al baño y tuve que pasar primero por el vestuario. TODAS LAS NIÑAS que había dentro callaron con mi paso. Un acojone general se respiraba en el ambiente. Los padres te miraban sonriendo. Pero pensabas, ¿me sonríes para hacerme la pelota? ¿me das las gracias por haber aguantado 8 horazas de músicas y notas? ¿me sonríes del estilo a “ya verás lo que te espera en la esquina”? ¿Nos fotografías (verídico) porque queda bien en el álbum "la niña me compite" o porque quieres tenerme digitalizada para persegirme y abrirme un expediente?



La chica estaría más mona con la punta estirada (oooooooooh nooooo, rol de jueeeez, sal de mi cuerpo...¡saaaaaaaal!)


Qué de vida, la de puntuar.


lunes, 25 de enero de 2010

I said "Why? I can't find your fuckin' legs! I can't find your legs!"


- ¿Qué te pasa? Noto cierto dolor en tu cara, cierto movimiento arrítmico y descompasado en tus piernas, cierta desviación de tu columna cervical y mental…


- ¿Sabes aquello de ten-cuidado-no-te-fuerces-mucho-porque-mañana-te-va-a-doler y tú haces quesí-quesí con tu cabeza, pensando que eres demasiado atlética y eso a ti no te va a pasar por cuatro vueltas que des sobre un mismo pie, y levantes ese bloque de carne humana que tienes considerado como tu cuerpo? Pues bien, eso me pasa.

- Ay nena, que no te entiendo

- Más fácil: el sábado, ya decidida a volver, fui a patinar. Me lo repensé, no te creas tú; pero la clase era a la 1, así que la excusa de levantarme pronto no la tenía. Total, que una vez allí, dale don dale con mis patineques, contenta por el entusiasmo general por haber vuelto cual hijo pródigo, con frases de “¡pero si no es festival!” (ya se sabe, que yo los festivales, con el lujo y la elegancia, no me los pierdo)

- Te me estás liando

- Vale, sigo. Que estábamos todos muy contentos y yo la que más… y forcé la maquinaria. Uno no lo ve así en el momento de la acción, pero sí lo ve en horas futuras. Y ay si lo veo. Que no me puedo mover. Que me tiro a la cama revoloteando como si fuera una croqueta (sí, es que eso parezco); que estoy desarrollando mi creatividad por buscar formas de moverme que no impliquen la flexión de rodilla. No puedo arrodillarme. No puedo levantarme de las sillas. No podría pasar por la puerta del imaginarium, sólo de pensar que debería agacharme.

- Qué tragedia…

- ¿Verdad? ¿Sabes lo que es ir a la ópera, subir a la tercera fila y maldecir, más que la yaya que subía a la cuarta, las santas escaleras? ¿Sabes lo que es ir corriendo por el piso y casi tropezar? ¿Sabes lo que es llevar la camiseta regalada por mi muy mejor amiga de I’M A BARBIE FAN y no poder lucirla como se merece, con su cara de digna y sus pasos de modelo, y todo porque tengo las patas con más tirantez que la cara de Cher (¿alguien se acuerda ya de Cher?)?

- No me digas más…

- Sí, te digo, sí. Sé que no quieres oirlo pero... No me chiento laj piern•na.


(video inédito)
Mirad qué sufrimiento, qué ganas por encontrar las piernas, qué vida tan dura, qué palabras tan bien pronunciadas. Yo sé que rambo me entendería ahora. Lo sé.