sábado, 12 de diciembre de 2009

La elegancia del erizo


Ayer dos personitas me sorprendieron muy gratamente.
Idea nº1: a veces te das cuenta de que uno de los puntos por los que merece la pena vivir es el compartir ideas y emociones con ciertas personas (formato sacado de La elegancia del erizo). Tenemos que alegrarnos de estos pequeños regalos que abrimos sin, muchas veces, darnos cuenta (hasta que un día te aparece la consciencia, como a Reneé).


La primera ilusión del día fue abrir un correo. ¡¡Qué minihisteria!! (Como una niña), fui corriendo a mi investigadora (como si fuera mi madre) para contarle que la archiconocida (como si fuera mi novio adolescente) por fin me había contestado. Y luego fui dando saltitos por el despacho.


Dear Ms Van Praag,

I have been following your research and I am very interested in the "exercise" area in which you have worked with. I would really appreciate if you could send me a review of all your work in this topic.


Yours Sincerely,


Sandra Sánchez


Dear Sandra Sanchez,

Enclosed please find ome of my work.

Best regards,

Henriette van Praag Ph.D


La segunda fue poder compartir 5 horas con alguien que me sorprendió por su madurez. Fue una charla bajo líquido de polvorón, que me ayudó a respirar de la vida y a apreciar más a quien tenía delante. Compartió conmigo el libro de la entrada, y pensé que era el regalo más acertado que podía hacerme. Sencilla, directa, con experiencia, bondadosa y nada egoísta. El poder de un libro envuelto con papel de regalo, las miradas transparentes, las reflexiones sobre un todo. De vuelta a casa me di cuenta de que... iba cargada de alegría.




No hay comentarios:

Publicar un comentario